Lo que viene no será fácil.
Ya no lo está siendo. Pero será peor.
Sacrificio, dolor, falta, angustia, incertidumbre. Realidad desgarradora.
Ante esto, no puedo evitar sentirme privilegiada:
Tengo una casa donde vivir, que es mía y nadie me puede sacar de acá.
Tengo trabajo y, aunque quizás quiera cambiarlo, me sirve para vivir.
Tengo una familia que me quiere y que está conmigo siempre, a pesar de las diferencias que puedan existir.
Tengo amigos/as que son geniales, que valen oro y que fueron fundamentales para mí durante este año.
Tengo la posibilidad de ejercitarme dos veces por semana mediante un método que descubrí este año: Pilates. Eso fue una de las mejores cosas que me pasó este año (mejor dicho, LA mejor).
No se a quién o a qué agradecerle todo esto: Si a un Dios, al universo, al destino, a mí misma... Pero hoy, agradezco.
Con todo esto, creo que no necesito nada más.
Estoy completa. A pesar de todo.
Lo que llegue a partir de ahora, tiene que ser para sumar, no para restar. Tiene que traerme alegría, paz, tranquilidad, confianza, amor.
Habrá que seguir siendo fuerte: En mi interior, en el exterior, en lo colectivo: Luchar por mí misma y luchar con otrxs que estén en la misma que yo, y que quieran lo mismo que yo.
Va a ser necesario luchar desde el amor, desde la conciencia social, desde la pluralidad, desde el respeto.
En 2024 habrá que aferrarse a las personas/cosas que tenemos y que nos hacen bien.
Habrá que aferrarse a todo lo que nos haga sentir vivos.
Creo que no existe mejor manera de resistir.
Y, como siempre... "Resistir y seguir"