lunes, 31 de octubre de 2016

Un largo y doloroso camino.


Desde hace varios años padezco Gigantomastia, o también conocida como Hipertrofia mamaria
Que es esto? Es una patología benigna en la que el tamaño de los pechos/mamas/tetas/lolas es excesivamente grande en comparación al resto del cuerpo. 
No es algo muy común, solo el 15% de las mujeres de todo el mundo lo padecemos. Y si, es un padecimiento. 


La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y también social, no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia, según la definición presentada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su constitución aprobada en 1948.


Recuerdo el día que compré mi primer corpiño/sujetador/sosten. 9 años tenia. Aun jugaba con muñecas, pero mi cuerpo ya empezaba a cambiar, y no me quedó otra que aceptarlo, a la fuerza. Mi mamá me acompañó. Ahí empezó todo. Mis pechos empezaron a crecer de manera desmedida para mi edad y mi tamaño. Yo era delgada y bajita, y a los 15 años ya usaba corpiño talle 100. Si, increíble. Obviamente, durante esa época estuve muy expuesta a comentarios de mis compañeras del colegio que me decían que me envidiaban por esas bubis, que quisieran tenerlas como yo. Y yo les decía que no era tan lindo, que todo el mundo me miraba y yo lo que menos quería era llamar la atención. 

Recuerdo todas las mañanas caminar 3 cuadras sola para ir al colegio, y en esas 3 cuadras pasaba los momentos mas incómodos que podía pasar una nena de 14/15 años. 
Realmente me costó mucho aceptar mi cuerpo en la adolescencia. Es decir, ESA parte de mi cuerpo mas que nada. Me daba vergüenza ponerme una bikini para ir a la playa o a una pileta, me daba vergüenza ponerme una remera ajustada o una camisa. Y sentía que con el uniforme del colegio parecía una actriz porno. Suena gracioso, pero claramente no lo es.


Mis pechos siguieron creciendo hasta mis 22 años, aproximadamente. Llegué a usar talle 120 de corpiño. Desde hace un año empece a considerar la idea de hacerme una reducción mamaria. 

Por qué?.. 
Mas allá de todos los problemas psicológicos que esta patología trae, también conlleva a problemas físicos, que se hicieron mas intensos, en mi caso, en estos últimos años: Dolores de espalda, contracturas, dolores de cuello, lesiones en los hombros por las tiras del corpiño, dermatitis, dolores mamarios, etc. 


Decidí entonces, a mis 24 años, que no quiero vivir toda la vida así. Suena lógico, pero.. La gente siempre juzga. Y a mi, varios ya me han cuestionado diciéndome: 

- "Por que te vas a operar, estas loca?.. Con todas las mujeres que quisieran tener tus bubis, y vos te las queres sacar..." 
Y yo respondo:  - "No, nadie quisiera estar en mi lugar, te lo puedo asegurar".


  • No puedo correr
  • No puedo saltar
  • No puedo hacer natación, el único deporte que me encanta y que practiqué hasta los 10 años
  • No puedo ir a la playa, o a una pileta, porque no consigo una malla o una bikini que me quede cómoda
  • No puedo comprarme ropa interior (corpiños) sin deprimirme. 
  • No puedo dormir boca abajo
  • No puedo estar sin corpiño. Apenas lo tolero para dormir y bañarme
  • No puedo hacer ciertas posiciones cuando hago Yoga
  • No puedo comprarme la ropa que me gusta
  • No puedo sentirme cómoda con mi cuerpo cuando me miro al espejo
  • No puedo sentirme cómoda con mi cuerpo cuando otro me mira
  • Me duele la espalda, el cuello, tengo cicatrices en los hombros por las tiras de los corpiños, siento dolor y molestias TODOS LOS DIAS.




Con todas estas limitaciones... Nadie quisiera estar en mi lugar.

Aun así, es difícil sentirme comprendida dentro de una sociedad en la que los pechos son símbolo de femineidad, de sexualidad, de poder. "Sin tetas no hay paraíso" dicen algunos/as..


Pero me di cuenta que llegó el momento de pensar solo en mi y en mi bienestar. Estoy harta del padecimiento, no se por qué me tocó a mi. Pero merezco dejar de sufrir. Aunque cueste conseguirlo.



La reducción mamaria no es solo una cirugía estética. Es, mas que nada, una cirugía REPARADORA. Pero en la mayoría de las coberturas de salud de mi país (Argentina) no lo consideran de esa manera. Por eso, creo voy a tener que transitar un complicado y largo camino hasta llegar a mi meta, ya que, si no logro que mi obra social me acepte y me cubra la operación, voy a tener que operarme con un cirujano particular/privado. Esta operación está costando, actualmente, alrededor de 60.000 pesos argentinos. Si.. Quizás tenga que pagar esa plata (que no se como haré para conseguirla) por algo que no elegí. Por una patología que me tocó en suerte y que me está arruinando en todo sentido. No suena justo.



 La angustia que me provoca todo esto no puedo ponerla en palabras. Pero no bajaré los brazos y lucharé hasta lograr operarme, sea de la manera que sea, para poder lograr una mejor calidad de vida. Es mi derecho sentirme bien, despues de todo.








Si, ya se que suelo desaparecer seguido. Por ese motivo, es probable que ya no tenga seguidores en este Blog, o que nadie lea estas palabras. Pero, cada vez que vuelvo, recuerdo lo sanador que es escribir. Escribir para descargar, para elaborar, para reflexionar, y por que no, para ayudar. 

Esta vez tengo algo importante para contar. Importante para mi, claro. Pero quizas lo sea para alguien mas. Por eso quiero contarlo. Por que se lo que es sentirse sola, y quizas puedo evitar que alguien mas se sienta así. 

Aqui voy.