miércoles, 25 de enero de 2017

Febrero.


Ya falta poco. 
Cumplir años el 3 de febrero no tiene nada de bueno. Es verano, pero ya más cercano a marzo.. El mes que te recuerda que todo vuelve a empezar: Lo bueno y lo malo, la rutina del colegio/facultad/trabajo (según pasan los años), las promesas, los proyectos... 
Como en general la gente suele estar de vacaciones para esta fecha, muchos cumpleaños los pasé sola. De chica eramos mamá, papá y yo. Nadie más. Hermanos nunca tuve. Abuelos si, pero también se iban, al igual que mis amigos del colegio. De manera que mi cumpleaños nunca me generó mucha alegría, ni tuve grandes festejos. Era un día más como cualquier otro, que pasaba sin pena ni gloria para el resto de la gente que me conocía, y también para mi.

Este año será igual... Pero a la vez diferente. Febrero nunca me generó expectativa pero esta vez si: Cumplo 25 años (un numero un tanto significativo), pero eso no es lo que me entusiasma. 
El 22 de febrero es un día realmente especial para mi. Voy a pasar por una operación con la que soñé por mucho tiempo, que gracias a que todo se fue dando de manera positiva, podré hacerla. Van a cambiar muchas cosas en mi. La manera en como me veo a mi misma y como me siento, físicamente y emocionalmente, con todo lo que eso implica. Es tan importante para mi, que me cuesta ponerlo en palabras. Y creo que todavía no soy consciente de lo poco que falta. O si. Quizás por eso últimamente ando con insomnio. 

Durante todo este tiempo previo a la operación recibí diversas opiniones al respecto (que no pedí). Están quienes me apoyan y me bancan, y entienden la importancia. Ellos me hacen bien y realmente los aprecio. Y están quienes me tiran abajo... Ellos siempre están. Los que dicen que no hace falta, que "así estoy bien", que soy una desagradecida con lo que me dio la vida (???) Nada más lejano de la realidad. Pero bueno, hablar es gratis, no? Ponerse en el lugar del otro es lo difícil. O al menos respetar las decisiones ajenas. En fin...

Nunca fui de depositar expectativas en un mes. Los calendarios no suelen significar mucho para mi, el tiempo va más allá de eso. Pero este febrero es especial. Es único y va a marcar un antes y un después en mi. Solo espero que todo salga bien.